Cáritas. 11 de noviembre de 2013.- Una imagen de
devastación masiva está emergiendo de las Filipinas después del paso del
súper tifón “Haiyan” que golpeó el pasado viernes el archipiélago.
9,5 millones de damnificados
Se estima que al menos 9,5 millones de personas han quedado afectadas en
las Filipinas como consecuencia del tifón. De ellos, más de 3 millones
de personas se encuentran en un radio de 30 kilómetros dentro de la ruta
seguida por “Haiyan” –bautizado localmente como “Yolanda”— a su paso
por Filipinas. En toda esa zona el nivel de destrucción es máximo y las
comunidades afectadas carecen de acceso al agua potable, a la comida y a
la electricidad.
Los equipos de las Naciones Unidas en el terreno han descrito la escena
desde el aire como una repetición del tsunami que asoló el Océano Indico
en 2004.
En Tacloban City se registró una subida del nivel de la marea de casi 10
metros. Las comunidades de migrantes internos asentados de manera
irregular en la zona son las más afectadas y las que necesitan con mayor
urgencia ayuda inmediata, según informa la Iglesia local.
El aeropuerto de esa ciudad se ha despejado, lo que está permitiendo la
llegada de suministros de emergencia. Pero muchas zonas siguen estando
inaccesibles.
Numerosas islas ha sufrido el impacto. Leyte y Samar han registrado los
mayores daños. Algunos informes señalan que el tifón ha dejado,
literalmente, una auténtica franja de destrucción a su paso, incluyendo
Ormoc City.
Los equipos de Cáritas llegan a Leyte por barco
Un equipo de Cáritas Filipinas y de miembros de la red internacional de
Cáritas presentes en la zona ha llegado hoy en barco a Leyte para
evaluar las necesidades más urgentes. Todo hace temer que el nivel de
destrucción producido por el tifón en las áreas que aún siguen
inaccesibles sea catastrófico.
Asimismo, la Cáritas local planea enviar equipos de evaluación de daños a
varias diócesis pertenecientes a la Arquidiócesis de Palo (en Leyte), a
Borongan (en Samar Oriental), al Vicariato Apostólico de Calapan y a
San Jose Mindoro en cuanto los canales de comunicación se hayan
restablecido.
Agua potable, productos de higiene y saneamiento, alimentos, medicinas,
refugio temporal son, según el Gobierno filipino, las prioridades
inmediatas, junto a la retirada de escombros, las tareas logísticas y el
restablecimiento de las comunicaciones.
Mientras tanto, para las diócesis aún no accesibles desde Manila,
Caritas Filipinas está coordinando la ayuda a los damnificados mediante
la colaboración de aquellas diócesis cercanas con capacidad suficiente
para proporcionar los suministros de emergencia necesarios a las
personas más vulnerables y hacer las primeras estimaciones.
Solidaridad del cardenal Maradiaga y del Papa Francisco
El presidente de Cáritas Internationalis, cardenal Oscar Rodríguez
Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, ha declarado que "nuestras
plegarias están con el pueblo de Filipinas. Es un pueblo que ha sufrido
muchos desastres naturales en el pasado, siempre con fe y gran
resistencia. Pueden estar seguros de que las Cáritas de todo el mundo
acudirán en su ayuda".
El Papa Francisco, por su parte, oró por las víctimas del tifón después
del Ángelus del domingo en la Plaza de San Pedro. Tras proponer una
oración en silencio, invitó a los fieles a rezar el Avemaría. Y animó a
los presentes a ayudar a sus hermanos y hermanas en las Filipinas tanto
con gestos concretos como a través de la oración.
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